IMAGEN MENTAL Y SENSACIÓN
La utilización de estos dos conceptos en la enseñanza de un
instrumento es fundamental a mi parecer. Hay que canalizar las nuevas
sensaciones que experimenta una persona cuando coge un
trombón por primera vez y la mejor forma de hacerlo
es, desde un principio, diferenciar las sensaciones buenas o adecuadas para
tocar el trombón de las malas. Además, hay que hacer una clara diferenciación
entre lo que son imagenes mentales y sensaciones:
Las imágenes mentales
son, como su propio nombre indican, unas imágenes que creamos sobre ejemplos
subjetivos que generalmente no tienen nada que ver con el trombón y que pueden ayudar al niño o a un
principiante a utilizar unos hábitos básicos y necesarios para la técnica general del trombón. Estas imágenes ayudan a
"encontrar" ciertos mecanismos físicos que serían difíciles de usar
mediante un control consciente. Son, por así decirlo, una especie de metas que
le ponemos al cuerpo y a las que este, por sí solo, debe llegar. El ejemplo mencionado en el post anterior sobre apagar una vela, es una forma clara de incitar al cuerpo, y
más concretamente a la respiración y la forma de tirar el aire, a implicarse por
completo en una tarea determinada sin que el niño tenga un control consciente absoluto sobre su cuerpo; la meta de apagar la vela hace que su diafragma,
músculos intercostales, labios, etc… se involucren en el proceso de una forma natural y bastante parecida a lo
que será tocar después el trombón. El profesor puede crear en el alumno tantas
imágenes mentales como crea necesarias para el desarrollo del alumno, pero
siempre teniendo en cuenta que estas
imágenes deben estar basadas en procesos físicos objetivos y nunca en
consideraciones subjetivas; por ejemplo, no es eficaz que un profesor le diga a
un niño que piense en un "coche" para tirar el aire porque cada
persona tiene una idea distinta de lo que es un coche y esta idea que al
profesor le ayuda puede que el niño ni siquiera la entienda. Las imágenes
estarán basadas en un ejercicio concreto y realizable por el niño, pues si no
es así no tendrán ninguna utilidad.
Pero la finalidad de las imágenes mentales no se queda en su
mera utilización. El niño debe adquirir con el buen uso de estas imágenes y con
el tiempo unas determinadas sensaciones que
serán las que acabarán siendo la base principal de la ejecución del trombón.
Según la definición
científica de la sensación, esta es la percepción de las cualidades
sensibles de las cosas por medio de los sentidos. Las sensaciones y sus modalidades, se distinguen como tipos de
experiencia que dependen de un órgano sensorio determinado. Las sensaciones pueden ser de distinto tipo
atendiendo a su cualidad, fuerza o
intensidad y duración en el tiempo. La psicología ha considerado
tradicionalmente la sensación como el elemento último de la experiencia
consciente. Por esta razón las sensaciones nos serán muy útiles a la hora de
adquirir muchos de los procesos que intervienen en la técnica del trombón y nos
ayudarán a eliminar muchas "trabas" inconscientes que nos impiden el
pleno desarrollo en ese campo.
Pero para tener una sensación adecuada debemos haberla
experimentado y adquirido antes ya sea por nuestras propias vivencias o por el
buen uso de las imágenes mentales, y es en este punto donde se pueden plantear
algunos problemas. Por ejemplo, todo el mundo conoce la sensación del aire
saliendo entre los labios pero no solemos conocer qué cantidad de aire es
necesaria para una determinada nota en el trombón o con qué fuerza debe salir el aire….
Por esta razón se puede hacer un paralelismo entre la teoría
de los esquemas de Piaget y las sensaciones; un esquema no se destruye ni se
cambia por otro, sino que se adapta y mejora con el tiempo. Con una sensación
determinada ocurre lo mismo. En todo proceso partimos de una sensación primaria o
generadora que cualquiera puede tener para ir moldeándola y adaptándola a
las distintas demandas que los
conocimientos teóricos imponen sobre nuestro cuerpo. Por ejemplo, la sensación
básica del aire saliendo entre los labios nunca se debe perder, pero hay que
adaptarla según el registro en el que se va a tocar.
Por todo esto las imágenes mentales siempre serán útiles
pero lo que finalmente hará adquirir unas buenas sensaciones finales a un niño o principiante será la
experimentación mediante el estudio diario.
A continuación os dejo algunos ejemplos de imágenes mentales referidos al uso del aire y que suelo utilizar en mis clases:
- Coger aire como si pensáramos que la vara del trombón está llena de gelatina y la tuviésemos que absorber. Obligará al niño a coger una mayor cantidad de aire de forma correcta.
- Soplar imaginándonos que estamos soltando espuma por nuestra boca y tenemos que llenar la habitación. Nos obligará a soltar una mayor cantidad de aire sin apretar demasiado los labios.
- Soplar imaginándonos que estamos soplando por una cerbatana. Nos puede ayudar en la emisión de las notas, al aportar una mayor velocidad de aire en el inicio de la nota. Podemos fabricar una cerbatana con una pajita o un bolígrafo y dejar que el niño experimente con ella.
- Silbar notas agudas y notas graves: nos dará una idea del movimiento ascendente y descendente de la lengua, necesario para una correcta nacionalización cuando toquemos diferentes registros con el trombón. Nos fijaremos en que no es necesario mover los labios para producir las diferentes notas. Podemos realizar un glisando con el silbido y aplicarlo después a un ejercicio de flexibilidad.
- Soplar a nuestra mano a diferentes distancias. Podemos pensar que a mayor distancia, la nota será más aguda.
- Imaginarnos que por nuestra boca sale un chorro de agua, como si se tratase de un grifo. El chorro de agua no se para en ningún momento. El movimiento de la lengua al articular con "Ta", "Ra" o "Da" corta ese flujo pero en ningún momento "cerramos el grifo". Es como si pasáramos un dedo por el chorro de agua que sale por un grifo abierto. Esta idea la utilizamos para buscar una mayor continuidad en el aire y que el movimiento de la lengua no influya en la presión de la columna del aire.
Si utilizas alguna imagen mental en tus clases, puedes compartirla escribiéndola con los comentarios.
- Silbar notas agudas y notas graves: nos dará una idea del movimiento ascendente y descendente de la lengua, necesario para una correcta nacionalización cuando toquemos diferentes registros con el trombón. Nos fijaremos en que no es necesario mover los labios para producir las diferentes notas. Podemos realizar un glisando con el silbido y aplicarlo después a un ejercicio de flexibilidad.
- Soplar a nuestra mano a diferentes distancias. Podemos pensar que a mayor distancia, la nota será más aguda.
- Imaginarnos que por nuestra boca sale un chorro de agua, como si se tratase de un grifo. El chorro de agua no se para en ningún momento. El movimiento de la lengua al articular con "Ta", "Ra" o "Da" corta ese flujo pero en ningún momento "cerramos el grifo". Es como si pasáramos un dedo por el chorro de agua que sale por un grifo abierto. Esta idea la utilizamos para buscar una mayor continuidad en el aire y que el movimiento de la lengua no influya en la presión de la columna del aire.
Si utilizas alguna imagen mental en tus clases, puedes compartirla escribiéndola con los comentarios.
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