AIRE Y FLEXIBILIDAD
La aplicación directa de los conceptos aprendidos con el
ejercicio de la vela es la de la flexibilidad. Esta, en un principio no es
velocidad, ni "suavidad", ni muchos de los apelativos que se le suele
dar. La flexibilidad es el trabajo que debe realizar el aire para pasar por los
distintos armónicos con la menor tensión de los labios posible o el menor
trabajo de los mismos. Los ejercicios de flexibilidad ayudan a fijar una
cantidad de aire y tensión de los labios adecuadas para cada nota y registro.
Un buen principio que debe prevalecer siempre al hacer un ejercicio de flexibilidad
es el de "mínimo esfuerzo muscular, máximo uso del aire". Cada armónico requiere
una cantidad de aire distinta y un estado de relajación muscular distintinto y
que siempre será lo más relajado posible. Para entenderlo mejor se puede hacer
el siguiente gráfico en el que figura cada nota de la 1ª posición del trombón y
a la derecha el nivel de tensión en los labios.
Tensión exagerada de la musculatura facial para cada armónico |
Tensión justa para cada nota |
Estos esquemas o algunos parecidos ayudan al niño a
comprender uno de los aspectos (fuerza de la musculatura facial) que influye en el trabajo de la flexibilidad.
Nunca se debe producir una fuerza excesiva con los labios,
porque cada vez que esto ocurre el niño lo asimilará como una forma correcta de
producir el sonido. Lo que hacemos
es asimilado por nuestro subconsciente, ya sea bueno o malo, pues la
naturaleza de este no es analítica como lo es el consciente. Además, por mucho
que el profesor explique la forma correcta de realizar un ejercicio de
flexibilidad, el niño no la comprenderá hasta que lo experimente él mismo y
tenga sus propias sensaciones.
El hecho de adquirir ciertas sensaciones ayuda a realizar
los ejercicios correctamente. Por supuesto que estas sensaciones deben ser
adecuadas; si fijamos una sensación basada en apretar o estirar los labios será
perjudicial y no nos ayudará en absoluto. Nos podríamos preguntar ¿qué
sensación hay que tener para realizar la flexibilidad correctamente?.
Seguramente si le hiciésemos esta pregunta a varios trombonistas profesionales
nos contestarían de forma diferente, pero si hacen un
ejercicio de flexibilidad soplando sin el instrumento observaríamos que el
proceso en todos ellos es muy parecido o exactamente
igual:
1. El aire no se corta en ningún momento.
2. Según se producen notas más agudas aumenta la presión y consecuentemente, la velocidad del aire.
3. Según vamos hacia notas más agudas, se realiza más fuerza en las comisuras de los labios para poder aguantar la mayor presión presión de aire.
Por lo tanto podemos llegar a algunas conclusiones objetivas sobre las sensaciones adecuadas a la hora de tocar. La imitación del proceso "fuera" del instrumento es muy valiosa y adecuada para la iniciación. Además, esta realización de los ejercicios sin el instrumento centra la atención del niño en lo que es verdaderamente importante y lo libera de las atenciones secundarias, como por ejemplo, la de coger y aguantar el peso del trombón, que suele ser bastante costoso en los niños más pequeños.
El
profesor se dará cuenta que a la mayoría de los niños les cuesta mucho
conseguir una velocidad y presión del aire adecuada para trabajar sobre notas
que en teoría no son muy agudas. Por eso estos ejercicios fuera del instrumento
permiten al profesor, además, tener una
evaluación necesaria de hasta qué nota podrá realizar la flexibilidad el niño y
fijar de esta forma un registro a trabajar y perfeccionar para, con el tiempo,
ir aumentándolo progresivamente.
POSIBLE IMAGEN MENTAL APLICADA A LA FLEXIBILIDAD: El profesor puede ayudar a que el niño se esfuerce más en tirar el aire con mayor velocidad cambiando la distancia de su mano respecto al alumno. El niño debe imaginarse que tiene que llegar con el aire hasta la mano del profesor. En notas graves la mano estará más cerca de la boca y según se cambia a notas más agudas, la mano se aleja incitando al niño a tirar el aire con mayor velocidad.
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