EL FALLO ES BUENO…
En una primera etapa del aprendizaje, hay que ser muy cuidadoso con los resultados que se le van a exigir al niño, pues si le obligamos a llegar con los ejercicios a una determinada nota, demasiado aguda para él, estaremos "alimentando" muchas formas incorrectas de de tocar el instrumento, y luego será más difícil solucionarlo. Cada vez que alguien realiza un ejercicio de flexibilidad de manera incorrecta (apretando demasiado los labios, no tirando el aire suficiente…) está fijando en su subconsciente esa forma de hacerlo, aun sabiendo que esa no es una forma correcta de realizar el ejercicio. Al igual que mediante un buen estudio (siempre que se entienda bien lo que es un buen estudio) se mejoran los aspectos técnicos, con un mal estudio se hacen prevalecer las malas tendencias.
Entonces nos podemos preguntar ¿dónde está la diferencia entre un buen estudio y un mal estudio?, ¿cómo podemos eliminar las malas tendencias, si en nuestro subconsciente las damos como buenas?, ¿cuál es el proceso a seguir para fijar esquemas nuevos y mejores sin un control consciente excesivo?... Estas preguntas son difíciles de contestar individualmente, pero hay unos factores comunes muy importantes que nos obstaculizan en nuestro estudio diario sin darnos cuenta. Yo los llamo temores o miedos.
Generalmente estos temores están centrados en el miedo al fallo y nos "obligan" a obtener unos resultados o ciertas notas difíciles a toda costa, sin que el proceso sea bueno o esté bien adaptado al resultado. Con otras palabras, muchas veces tocamos, por ejemplo, un Si bemol agudo apretando los labios y con poco aire (con la correspondiente pérdida de sonido y desgaste físico) en vez de atrevernos a relajarnos y tirar más aire aunque fallemos la nota o no consigamos un sonido agradable. Los miedos son los que nos convierten en prisioneros de nuestras carencias técnicas y generalmente son los que nos impiden avanzar o dar una respuesta eficaz a muchas de las preguntas que nos solemos plantear.
Debemos ser lo suficientemente "valientes" para romper con los esquemas preexistentes que tenemos ya adquiridos y utilizar los nuevos sin pretender unos buenos resultados en un corto plazo. Lo más normal es que si empezamos a utilizar unas sensaciones o procesos nuevos, que realmente nos van a hacer mejorar, no podamos tocar como estábamos acostumbrados (según los esquemas ya fijados en nuestro subconsciente) y se produzca un fallo. Estos fallos son necesarios para fijar los nuevos esquemas que estamos intentando utilizar y los intentos para que no se produzcan deben de estar basados en los nuevos esquemas y no en los ya adquiridos. El fallo será un buen síntoma de cambio y asimilación de esquemas y por eso debemos cambiar nuestra actitud en esta situación y no desesperarnos ni crearnos un miedo innecesario por haber fallado. El "proceso del miedo" sería el siguiente:
Control excesivo
Adquisición de malos hábitos
Fallo
Más control y más miedo al fallo
Si cambiamos nuestra actitud inicial y conseguimos utilizar unos nuevos esquemas, pase lo que pase, conseguiremos unos mejores resultados a la larga:
Sin miedo
Sensaciones adecuadas basadas en el flujo de aire
Posible fallo
Asimilación de unos buenos hábitos en marcha
El siguiente vídeo del Instituto del Arte trata de estas cuestiones tan importantes, a tener en cuenta en nuestras clases diarias:
photo credit: "lapolab" via photopin cc
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